Cualquiera pensaría que el destino de un campeón es levantarse todos los días y disfrutar de los éxitos alcanzados, pero la realidad es que un campeón es el resultado de una serie de caídas y levantadas, de tristezas y alegrías, de triunfos y derrotas, de trabajos duro y de esfuerzo.
En medio del camino que lo conducirá hacia el éxito, el entrenamiento diario es su compañero, voces de alientos es lo que escucha mientras mantiene su mirada puesta fijamente en su más anhelada meta. Cansancio, sudor, trabajo y hasta lágrimas, quien dijo que no, lleva en la mente quien se ha convertido en campeón, tal vez quienes le conocen sólo saben de su éxitos, mas no de sus sacrificios... El éxito sólo la punta del "iceberg".
El éxitos es el resultado del trabajo duro, de la perseverancia, de la dedicación, de las adaptaciones a los cambios, también es el resultado de la resistencia en los tiempos malos y difíciles... las mayorías sólo ven al campeón.
El destino de un campeón es el trabajo duro y el sacrificio para poder disfrutar las mieles del éxito, de allí que las grandes historias de éxitos que se han escrito, describen entres su páginas momentos difíciles y hasta tristes, lo cual un campeón enfrentó y venció antes de convertirse en CAMPEÓN.
